Las cooperativas del Marco tienen entre manos una operación para dar salida a una parte de los excedentes que se acumulan en sus instalaciones con la venta fuera de Jerez, y una vez descalificado el vino, de una partida de algo menos de 5.000 botas de las 30.000 que actualmente reúnen las cooperativas -tanto las asociadas a Aecovi como las que no-.

La operación, aún sin cerrar, obedece a la necesidad de descongestionar excedentes para, de un lado, satisfacer a los viticultores cooperativistas el pago de la cosecha entregada y, de otro, ganar un mínimo de capacidad para asumir la producción de la próxima vendimia, en la que a día de hoy, muy pocos productores tienen garantizada la entrega de su uva.

Aunque el vino a granel se comercializa a precio muy inferior al de los mostos calificados que se destinan a la elaboración de los caldos amparados por el Consejo Regulador del jerez y la manzanilla -el precio depende del grado de alcohol, pero los últimos se suelen cotizar a más del doble que los primeros-, las cooperativas entienden que "es mejor buscar fuera un precio digno antes de vender mal dentro, con lo que se evita dañar a la Denominación de Origen".

En otras palabras, ante la grave situación que atraviesan los productores del Marco, que apenas han tenido acceso a las ayudas comunitarias para el arranque de viñedo y que también han visto denegada por parte del Ministerio de Medio Rural la solicitud de destilación de crisis para eliminar excedentes, algunas bodegas quieren sacar provecho ofertando cantidades ridículas por el vino, "una barbaridad", señalaron fuentes del sector.

Hay otras operaciones dentro del Marco a precios interesantes, pero se corresponden con volúmenes muy pequeños que no solucionan el problema de fondo, el de la necesidad sentar las bases de una estrategia de futuro que garantice la continuidad del sector, pero sin olvidarse de buscar una solución urgente para muchos viticultores que caerían esta campaña si no hay vendimia.

Según las mismas fuentes, la gravedad de los excedentes del sector obliga a medidas extraordinarias, en las que tiene que haber participación de las Administraciones públicas, de ahí la unión ‘histórica’ de las organizaciones de productores para recabar el apoyo público y social en defensa de la viña.

Pero el sector tiene que ser práctico, en este caso para saber conjugar las ayudas públicas que puedan llegar con los resultados, ya que "para luchar por el futuro es necesario pasar por el presente" y, "realmente, el vino que hace daño es el que se queda sin vender, porque en este sector hay muchos operadores que esperan hasta última hora para que se abarate el precio e intentar sacar tajada".

Bajo la premisa de que hay que aunar esfuerzos para que "la vendimia no sea un desastre", la descalificación para la venta fuera del Marco es una opción más, en la que además se requiere en estos momentos un esfuerzo importante y cierta habilidad negociadora por el deterioro que sufre el mercado de vino, también el de los vinos comunes.

Junto a la transacción que barajan las cooperativas para la venta de algo menos de cinco mil botas hay alguna otra operación al alcance de los productores del Marco, en concreto, una de vino a granel de menor calado, pero no por ello menos importante, que saldría con destino a China, otra embotellada para vinos tranquilos y para un producto aromatizado en Estados Unidos.

En cuanto a los esfuerzos para amarrar la implicación de las Administraciones públicas, los productores tendrán el martes de Feria la oportunidad de pulsar si la nueva consejera de Agricultura, Clara Aguilera -que tiene previsto visitar el Real ese día- piensa seguir en la línea de trabajo emprendida por su antecesor en el cargo o si, en contra de los intereses del asfixiado Marco de Jerez, prefiere hacer borrón y cuenta nueva.

 
Fuente: Diario de Jerez